Una diferencia fundamental entre el arte románico y el gótico es el carácter urbano de éste último. En efecto, el Románico nace dentro de una sociedad rural, formada por guerreros y campesinos; el gótico se desarrolla en las ciudades y va a coincidir con la decadencia del feudalismo y la consolidación del poder real.
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En esta época, se incrementa el comercio especialmente con el medio oriente y se crean las universidades. Aparece una nueva clase social: la burguesía, la cual contribuye a la construcción de las catedrales y palacios mediante el pago de limosnas y tributos; asimismo surgen los gremios o asociaciones de oficios, llamados “artes” en Italia y “guildas” en el norte de Europa, en las cuales se agrupan los burgueses y cuyo poder económico se manifiesta en los edificios que albergan sus sedes.
Es así que durante esta época se construyeron múltiples edificaciones de carácter religioso y laico que contribuyeron al embellecimiento y gloria de las ciudades medievales.