ESTILO ITALO-GOTICO O TRECENTISTA

Paralelamente al estilo Gótico lineal o Francés, se va desarrollando en Italia el estilo Trecentista, específicamente en Siena y Florencia, de donde se expande al resto de Europa. Lo característico de esta tendencia es el redescubrimiento de la profundidad, la representación de los estados de ánimo o sentimientos, el mayor naturalismo en la representación de las figuras, la demarcación anatómica de los cuerpos bajo el ropaje y la matización tonal de los colores.

“… En estas escuelas se advierten como notas características la preocupación por la representación de la profundidad, lo que conduce al estudio de la perspectiva clásica; los estudios anatómicos basados en el conocimiento del natural y, mediante el gesto o la actitud, la representación de los estados de anímicos, y la valorización de la luz en cuanto determina la matización tonal de los colores y la armonía de la gama cromática. Por otra parte, el desarrollo de la religiosidad franciscana determina una mayor atención a la representación del sentimiento, procurando atraer la atención del espectador, despertando emoción, que luego se detiene en el análisis técnico de los medios empleados para lograr la obra pictórica, a la que se dota, cada día más, de un carácter intelectual en virtud del profundo conocimiento científico necesario para realizarla…”(Historia del Arte”, José María de Azcarate Ristori y otros. Edt. Anaya. Paag. 214)

La escuela florentina esta dominada por la extraordinaria genialidad de Giotto y de Cimabue y en la escuela sienesa destacan Duccio di Boninsegna y Simone Martíni. Ambas escuelas competían artísticamente entre sí, de la misma forma como rivalizaban en política las ciudades. Así podemos señalar que la escuela florentina acusaba quizás una mayor expresividad y naturalismo y la sienesa manifestó un mayor gusto por el uso del dorado y el amaneramiento y estilización de las figuras, logrando una mayor expresividad lírica en la composición
.
Podemos señalar que la escuela Italo-gótica sentó las bases del arte renacentista al insuflar las figuras de un mayor realismo y naturalidad en el movimiento, gracias a la observación del mundo y del propio cuerpo humano

Giovanni Cimabue.-

Cenni di Peppo (1240-1302). Estilo: Gótico-italiano. Escuela Florentina. Se le considera iniciador de la escuela florentina y uno de los más grande pintores italianos de finales del siglo XIII. Aunque fue un artista con marcada influencia bizantina, trató de liberarse de la imagen plana tradicional de los iconos bizantinos dando mayor naturalismo a sus figuras. Entre sus obras se encuentran los frescos de la basílica de San Francisco de Asís, los cuales se encuentran sumamente deteriorados y los mosaicos realizados en la catedral de Pisa. Se conservan varios retablos atribuidos a su persona con el tema de la Maestá, es decir, la Virgen sentada en un trono rodeada de ángeles y con el Niño en las piernas, así como unos crucifijos de marcada tendencia bizantina. Fue Maestro de Giotto.

Cimabue. " Maestá di Santa Trinitá" (Galería de los Ufizzi, Florencia) Su obra más conocida fue realizada entre 1285 y 1286 en temple sobre madera (385 x 223 cm), originalmente se encontraba en la iglesia de la Santísima Trinidad, en Florencia. Es un tipo de Virgen odegitria, que señala al Niño como camino de salvación. En la base se ven a los profetas Jeremías, Abraham, David e Isaías, los pergaminos que llevan hacen referencia a la virginidad de María y al papel redentor de Cristo. A ambos lados del trono aparecen los ángeles en planos superpuestos y perfectamente simétricos. La influencia bizantina se evidencia en el hieratismo de las figuras, así como en el uso de un fondo dorado. Sin embargo, consigue profundidad gracias a la forma tridimensional del trono y la posición de los ángeles. Los rostros de los profetas son muy expresivos y realistas; los suaves pliegues del vestido de la Virgen igualmente anuncian la nueva técnica. Es un claro ejemplo de la "maniera greca", es decir de la pintura italiana desarrollada durante el gótico y de marcada influencia bizantina.

Cimabue. Fresco. Iglesia de San Francisco de Asís. La Virgen y San Francisco. Es un tipo de Virgen odegitria, Ella aparece entronizada con el Niño sentado sobre la pierna izquierda. El fondo azul representa al cielo. Todas las figuras, incluyendo a San Francisco de Asís aparecen con el halo dorado de la santidad, propio de la pintura bizantina. La basilica de San Francisco fue declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco. Su decoración fue también encomendada a Giotto, Simone Martini, Pietro Lorenzetti y otros grandes pintores de la época. La costumbre de Cimabue de usar albayalde en la mezcla de las pinturas ha hecho que el color con el paso del tiempo se deteriore y se oxide 
ennegreciendo el color blanco.

Cimabue. Crucifijo, Temple sobre madera. Este crucifijo revela influencia bizantina , su superficie esta esmaltada y todo finamente subrayado en dorado.






Cimabue. Maestá. Museo del Louvre. Tiene gran parecido con la obra de Duccio. El aspecto bizantino esta mitigado por la pose de la Virgen y la profundidad lograda por el trono. Los ángeles dan simetría a la composición.

Giotto.-

(1267-1337) Existen personajes y hechos en la historia que marcan un cambio, un antes y un después, en este sentido, el personaje más emblemático de todos, es sin lugar a dudas Jesús. Respetando las distancias, podemos decir, por ejemplo que en la música moderna ese cambio fue dado por los Beatles. La Revolución Francesa también significó un cambio rotundo, el poder real y absoluto desapareció como tal y se creó un sistema de control, gracias a la división tripartita de los poderes. En la pintura, ese cambio emblemático lo representa Giotto, así podemos hablar de la pintura antes de Giotto y la pintura después del Giotto. Con él nace una época enteramente nueva para la plástica con el redescubrimiento de la ilusión de la profundidad sobre una superficie plana. Sus obras más famosas son sus pinturas al fresco de la Capilla de la Arena o Capilla de Scrovegni en Padua. Giotto fue el pintor y el arquitecto más famoso del siglo XIV. En la representación de la figura humana se alejó de la tradición bizantina plana y bidimensional en busca del naturalismo, así sus personajes los traza con líneas amplias y redondeadas, llenos de expresión en un claro reflejo de la naturaleza. Las miradas tienen gran importancia, ya que reflejan los dramas humanos.

"Fue el primer artista de la Edad Media en superar la rigidez de formas que caracterizaba el arte bizantino. También fue el primero que se preocupó de incluir a los personajes de sus pinturas en un espacio visualmente comprensible y lleno de naturalidad. Para ello, centró todo su interés en la forma de ubicar la figura humana dentro del espacio, describir su movimiento físico y plasmar la directa expresión de su tensión psíquica..." (Giotto. Anne Mueller Von der Haegen.. Edt. Konemann) Se opuso a los colores vivos y brillantes y al amaneramiento producido por el alargamiento de las figuras, logrando en consecuencia una representación más serena y realista. Toda su obra es de temática religiosa, aunque se enfoca en lo humano, en lo real; más que en lo divino e ideal, planteamiento revolucionario para la época dominada por la religión. Utiliza escenarios reales para ubicar sus escenas, ya sean paisajes o marcos arquitectónicos, pero estos últimos aparecen como cajas o construcciones falsas, ya que no pudo alcanzar un pleno desarrollo de la perspectiva. No obstante su obra se adelantó a su tiempo y hubo de esperarse un siglo para que Masaccio retomara sus enseñanzas en la representación de la figura humana y del mundo real.

Giotto di Bondone. La adoración de los reyes. Fresco de la Capilla Scrovegni, Padua 1304-1306. (200 x 185 cm).- La pintura del manto de la Virgen, hoy deteriorado, era de color azul que simboliza a María como reina del cielo. Giotto enfatiza el papel de Cristo como “rey de reyes” al descubrir, en señal de humildad, la cabeza del rey Gaspar, su corona está en el piso a su lado. A la derecha de la Virgen un ángel recibe los regalos que llevaron los reyes oro, incienso y mirra. Los reyes Gaspar, Melchor y Baltasar se acercan al Niño de acuerdo a su edad cronológica. Los camellos de ojos azules y extrañas orejas indican la posibilidad de que Giotto nunca hubiera visto uno real, el muchacho que los sujeta es un detalle espléndido y demuestra la habilidad del pintor en sugerir el carácter de las personas. Todos los personajes con excepción de este arriero que se ocupa de los animales, atienden devotamente al Niño, con este contraste de actitudes, Giotto subraya el efecto de la escena principal que es la adoración del Niño. Se utiliza un decorado real formado por montañas rocosas y un refugio o ensamblado de madera. La estrella que sirve de guía a los reyes, no es más que el cometa Halley, que apareció en 1301 y fue captado por Giotto con evidente realismo con su cola en llamas. 

Giotto.- La Madona de Ognissanti. La tabla representa a María como intercesora entre el hombre y Dios. La Madona esta sentada en un imponente trono arquitectónico, la composición es totalmente simétrica. El rostro de la Virgen ha perdido la rigidez bizantina y aparece más humana mirando al espectador. Su mayor tamaño se debe al hecho de ser la figura de mayor importancia. Cada uno de los ángeles arrodillados sostiene un florero con lirios blancos y rosas rojas, símbolos de la pureza y del dolor de María; los ángeles de pie sostienen la corona, símbolo de la reina del cielo. 4 profetas barbudos se asoman detrás del trono, su presencia vincula las profecias del viejo testamento con la nueva buena de los evangelios. Se evidencia la influencia de Cimabue en la composición, pero resulta única en cuanto a la humanización del rostro de la Virgen. La intensidad de las miradas es extraordinaria y concentra al espectador en la veneración en Maria y su hijo.



Giotto.- El Beso de Judas. Capilla de Scrovegni, Padua, Italia. Fresco (200 x 185 cm). La capilla de la Arena fue realizada a los fines de expiar los pecados del padre de Enrico Scrovegni, un notorio usurero. Giotto poseía una extraordinaria capacidad para ubicar la escena en el momento de mayor emoción. En la obra aparece el tiempo congelado en la traición, cuando Judas identifica a Jesús con un beso. Cristo y Judas son los únicos personales inmóviles a los fines de dar mayor dramatismo a la escena. Los rostros de cada uno de los personajes demuestra con claridad los sentimientos que padece. Cristo mira fijamente a su discipulo a sabiendas de que esta siendo traicionado. Pedro, ubicado a la izquierda en defensa de su Maestro, corta una oreja al soldado, la cual fue restaurada milagrosamente por Jesús, según las escrituras.

Duccio di Boninsegna.- 

(1255/1260-1319), pintor de tremenda fuerza perteneciente a la escuela Sienesa. Durante los siglos XIII y XIV las ciudades de Siena y de Florencia rivalizaban no sólo en política sino también en el esplendor de sus artes y así, si Giotto revolucionó el arte en su Florencia natal, Duccio fue el responsable del cambio en Siena. Su obra de carácter religioso, se caracteriza por la sensibilidad del dibujo, la habilidad de la composición, la calidad decorativa y una intensidad emocional mayor que la del modelo bizantino. Sus figuras parecen tener volumen y sus vestimentas caen en líneas sinuosas y fluidas que permiten percibir las formas corpóreas Su obra más famosa y la única firmada es la Maestá, encargada para la catedral de Siena en 1308, un gran retablo pintado por ambos lados, la misma fue instalada en la catedral en medio de una procesión y gran pompa; pero posteriormente fue fragmentada y vendida por pedazos, en parte porque ya no se apreciaba. Lo único positivo de este desastre es que pueden admirarse muchas de las tablas pertenecientes a la obra en varios museos del mundo.


Duccio. Maestá, panel frontal principal. 1308. 1311. Duccio pintó a la obra por ambos lados, la parte frontal estaba divida en tres partes. El panel principal muestra a la Virgen y al Niño en un trono rodeado de ángeles. La parte posterior contiene 26 escenas de la vida de Cristo. 10 apóstoles aparecen en la parte superior del panel central, los otros dos posiblemente aparecían en los paneles perdidos. 4 santos aparecen arrodillados en primera fila, ellos son Ansano, Sabino, Crecencio y Victor, por ser los santos patrones de Siena refuerzan el carácter cívico de la obra, ellos interceden a favor de la ciudad. Los 6 santos de la segunda fila se identifican por sus atributos, de izquierda a derecha aparecen Catalina con la palma del martirio, Pablo con la espada con la que fue ejecutado, Juan el Evangelista, Juan el Bautista, Pedro e Inés quien sostiene el cordero de Dios. Los 20 ángeles que rodean el trono de la Virgen muestran gran variedad de vestidos y peinados. Las figuras de Duccio tienen volumen y sus vestimentas dejan entrever las formas de los cuerpos.


Duccio.- Jesús llamando a los Apóstoles.- . (1308-1311). 43 x 46 cm. Formaba parte de la obra maestra de la Maestá. Se divide el espacio en tres partes: un cielo dorado, un mar verdoso en el cual destacan los apóstoles Pedro y Andrés y una costa rocosa en la cual aparece Jesús. Los hermanos Pedro y Andrés han estado pescando toda la noche en vano, Jesús les grita que vuelvan a tirar la red, ellos obedecen y ocurre el milagro de la pesca. Pedro mira inquisitivamente a Jesús y Andrés permanece inmóvil ante el milagro. El traje de Jesús es rojo, símbolo de la pasión. El halo dorado representa a la divinidad y es de origen persa, hace referencia al poder y al brillo del sol, el halo aparece por primera vez en el arte cristiano en el siglo IV. Aquí los tres halos aparecen tallados en la madera, característica del arte gótico. Según el Evangelio Jesús llama a estos pescadores para que se conviertan en "pescadores de hombres", la red llena llena sugiere la fructífera misión apostólica. Duccio no le da importancia al espacio tridimensional, la barca aparece como un juguete con el tamaño suficiente para acomodar a los pescadores.

Duccio.- Madona en majestad. (1285 aprox.). Pintura al temple sobre madera (450 x 290 cm) Galeria de los Uffizi, Florencia. Conocida tambien como la Madonna Rucellai. Aunque sigue el esquema bizantino, ya se observan las características propias del gótico. La arquitectura del trono transmite tridimensionalidad y los plieges de la elegante colgadora parece responder al gusto francés.

Simone Martini. 

(Siena, Italia 1284- Avignon, Francia 1344). Fue uno de los grandes pintores del Trecento Italiano, perteneciente a la escuela de Siena, Lo más resaltante de su obra es el gran dominio del color y su gusto por la línea. Sus obras mantienen el gusto por lo bizantino, en especial por el uso abundante del color dorado, a pesar de ello, el trazado de la línea sinuosa, el naturalismo y la mayor expresividad de las figuras marcan su estilo dentro del gótico. Martini trabajo en Siena, su ciudad natal, en la corte de Roberto de Anjou en Nápoles y en la corte Papal de Avignon. Su influencia será decisiva en el estilo Gótico-internacional. Los colores ocres de Martini se han asociado siempre con Siena, porque recuerda la tonalidad de la tierra toscana; de allí que estos colores reciban el nombre de Siena natural y Siena tostado.

Simone Martíni, La anunciación 1333. (265 x 305). Galeria de Uffizi, Florencia. Estilo Gótico italiano, Escuela Sienesa. Las figuras son estilizadas y de líneas onduladas, especialmente la Virgen en forma de "S". Maria se retira asustada ante el ángel, ella va vestida de azul, color que representa al cielo. En esta obra, el arcángel Gabriel no sostiene el tradicional lirio, símbolo de la pureza, porque esta flor era el emblema de Florencia, rival de Siena y en su lugar porta una rama de olivo. No obstante el lirio aparece en un florero al centro de la obra. El Espíritu Santo, en forma de paloma, anuncia la concepción divina. En los extremos aparecen San Ansano y Santa Catalina, patronos de Siena; los medallones superiores muestran a los profetas. Las palabras que según el evangelio de San Lucas recitó el arcangel Gabriel aparecen escritas en la tabla "Ave María, gratia plena, dominus tecum" (Ave María, llena de gracia, el Señor esta contigo). En esta obra se percibe con mayor claridad la dualidad de influencias en la que se movía el artista, por un lado el fondo dorado y las aureolas de santidad que nos remiten a la “manera greca”, es decir a la manera bizantina, por el otro se respira un aire moderno por la sinuosidad de la línea y el movimiento en especial en la figura del ángel, él cual a pesar de haberse posado y arrodillado ante la Virgen, pareciera que el viento celestial aún lo acompaña, soplando sobre su manto, destaquemos igualmente la forma “S” de la Virgen, propia del gótico. Pura poesía hecha pintura. Simone Martini.- Camino al calvario. 1335.- Museo del Louvre (30 x 20 cm). Estilo Gótico Trecentista, escuela Sienesa. Se observa a Cristo cargando la cruz, va vestido con el típico color rojo de la pasión y muerte. El detalle más expresivo del cuadro es María Magdalena con los brazos en altos. Esta obra muestra como Martini ha asimilado los descubrimientos del Giotto, en especial por la composición de las figuras, los rostros de pena y la utilización de un decorado arquitetónico real, a pesar del fondo dorado del cielo.

Simone Martini.-(detalle) 1328. Fresco (340 x 968 cm.) Palazzo Publico (Ayuntamiento). Siena, Italia. Representa el triunfo del capitán Giudoriccio da Fogliano en la conquista de Montemassi. Lo más destacable es la extraordinaria minuiciosidad con que Martini describe el campamento militar con las barracas de paja y el castillo. El capitán y su caballo visten los colores distintivos de su heráldica. Pero el protagonista real del fresco es el paisaje del fondo, una extensión realizada únicamente con los colores "siena natural" y "siena tostado" que se complementan armonizandose con el azul del cielo.