Superada la economía rural de subsistencia, propia de los primeros años medievales, se da paso a una economía abierta lideralizada por una nueva clase social: la burguesía. Gracias a ella se intensificaron los intercambios comerciales, se organizaron compañías monopolistas y se crearon poderosos bancos.
La burguesía estaba formada por personas no sometidas a la jurisdicción señorial, esencialmente comerciantes y artesanos libres que vivían en las ciudades o burgos, desempeñando tareas típicamente urbanas tales como el comercio, actividades bancarias o el simple ejercicio de una profesión u oficio.
A medida que la aristocracia feudal perdía relevancia a favor de unas monarquías cada vez más centralizadas, la burguesía – gracias a su fuerza económica y en alianza con la aristocracia real - fue adquiriendo cada vez mayor poder político; esto permitió establecer las bases jurídicas para el desarrollo de un modo productivo acorde a sus intereses, la expansión del comercio y de la actividad gremial y conquistar, a la larga el régimen municipal.
El florecimiento del arte gótico se debe en gran parte al desarrollo de una sociedad aristocrática cortesana y a la burguesía; quienes con su dinero y su manera de concebir la vida promueven el refinamiento y una renovada elegancia del arte. Es así que en paralelo con un arte eminentemente religioso surge un arte secular, con edificaciones llenas de lujo y confort que reflejan el poder económico y político de sus habitantes, igualmente reaparece el retrato y se hacen representaciones de escenas domésticas y cotidianas propias del estilo de vida burgués.
La burguesía se consolidó durante el Renacimiento, gracias al desarrollo del comercio colonial. Posteriormente, a finales del siglo XVIII, la imposibilidad de acceso al poder debido a las políticas absolutistas logró frenar el ímpetu burgués. La reacción de la burguesía frente a los reyes absolutistas fue la defensa de los derechos naturales y del gobierno constitucional en contraposición de los privilegios de los soberanos y de la nobleza.
Petrus Christus.- El Joyero y los prometidos o San Eligio en su taller. 1449. Oleo sobre tela.- Pintor gótico de la escuela flamenca (algunos autores lo ubican dentro del Renacimiento nórdico)
alumno de Jan Van Eyck.El pintor tuvo gran exito entre los grupos o cofradías de Brujas y entre los nobles y comerciantes que le encargaron numerosos retratos. El cuadro se caracteriza por la minuciosidad de la ejecución, afán por el detalle y el gusto por la perspectiva lineal. La escena su ubica en el interior de una joyería, en donde posiblemente san Eligio, patrono de los orfebres pesa un anillo, los prometidos son de alta condición. En la mesa aparecen monedas y otros objetos. Una estantería repleta de utencilios (vasijas, un trozo de coral, una caja de anillos...) Existe un espejo que refleja a dos transeuntes ubicados dentro de un verdero paisaje urbano. El cuadro combina un tema religioso con otro profano a los fines de los gustos de los ricos burgueses.
Luego de la Revolución Francesa, la burguesía reasume el poder político, implantando poco a poco la democracia parlamentaria e inicia con éxito la revolución industrial, dando origen al capitalismo y a la sociedad de clases. La gran burguesía capitalista se convierte en la clase dominante y propietaria de los medios de producción, claramente diferenciada de la clase trabajadora o proletariado. A partir de este momento, la antigua y revolucionaria burguesía se convierte en una clase conservadora y explotadora de los trabajadores, siendo necesaria la aparición de corrientes socialistas a los fines de despertar conciencia y organizar al proletariado en la lucha por sus derechos.