EL AMOR EN LAS CORTES MEDIEVALES

Amor cortesano.- Es una filosofía sobre el amor que floreció en Provenza (Francia) a partir del S. XI y se extendió a las cortes europeas. Supone una concepción platónica y mística de vivir el amor. Es un amor que no exige correspondencia ni satisfacción.





El nuevo ideal amoroso implicaba un respeto sublime, puro hacia la mujer y además un total sometimiento del caballero a su dama. Lo cortesano era la entrega absoluta del hombre a un amor imposible, era el abandono de la voluntad propia a favor de la mujer amada.
Leonor de Aquitania, reina de Francia llevó a la austera corte de París las costumbres del amor cortés. Según la norma convencional los jóvenes caballeros elegían a una dama a la cual le entregaban platónicamente su amor y les ofrecían sus proezas. Ellas a cambio le entregaban una prenda.

Es famosa la hazaña del caballero Saldebreuil, quién solicitó a la reina Leonor una prenda, ella le entregó una camisa con la condición de que la usara en el torneo y sin armadura, él aceptó siempre y cuando la misma Leonor lo atendiera si caía herido. Cuando esto sucedió la Reina lo curó, posteriormente, Leonor apareció en el baile vestida con su camisa manchada de sangre, provocando los celos de su marido, el rey Luis VII.

Los requisitos para la existencia del amor cortés eran:
1- Total sumisión del enamorado a su dama.
2- La amada era idealizada de tal manera que se le percibía como portadora de todas las virtudes físicas y morales existentes, de tal manera que aparece distante y admirable a los ojos del enamorado.
3- Ambos enamorados son de condición aristocrática.
4- Frecuentemente se trata de un amor adúltero, motivo por el cual raramente podía materializarse. El amante necesariamente oculta el nombre de su amada para no exponerla al escarnio público.
Ampliamente conocida es la historia cantada por los trovadores sobre Ginebra, esposa del Rey Arturo y Sir Lancelot, caballero de la Mesa Redonda.





Cortesía medieval.-



La exaltación de los sentimientos nobles, fue el resultado de la evolución de los guerreros toscos propios de las invasiones bárbaras a la cristianización de los guerreros medievales; así la Iglesia fomentó la creación de una nueva nobleza caballeresca y le confió la protección de los débiles y desamparados convirtiendola en la campeona de Cristo. Ejemplo son los caballeros de las órdenes de los Templarios y los Hospitalarios encargados de la custodia de los lugares santos y de la defensa de los peregrinos y en especial debemos mencional al Rey San Luis de Francia, quién participó en las cruzadas y alcanzó el máximo galardón para los cristianos: la santidad.
La cortesía o hidalguía como institución debe verse desde varios puntos de vista.
Militar: la caballería era la más efectiva fuerza marcial durante la Edad Media. El caballero era un soldado profesional de rango aristocrático. Social: la sociedad feudal estaba formada por nobles guerreros a quienes les correspondía la protección y defensa de la villa; campesinos que se ocupaban de producir los alimentos y realizar trabajos manuales; y el clero que se dedicaba a la oración. La caballería estaba reservada a los nobles, no sólo por los costos que implicaba la adquisición de caballos, armaduras y sirvientes, sino porque respondía a esta concepción tripartita de la sociedad. Religioso: Como antes se indicó, la Iglesia fomentó la creación del ideal caballeresco, útil en las cruzadas y en la protección de los feudos y de la misma Iglesia
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La literatura caballeresca ofrece el modelo ideal del caballero: leal, noble, protector de los débiles, valiente en la guerra y generoso con el vencido y sobretodo partidario de la nueva concepción del amor .



La cortesía pasó a ser un estilo de vida, inspirado en el pricipio de "noblesse oblige" en su prodigalidad, en su gusto por las ceremonias y en su desprecio de todo trabajo manual . La figura típica del caballero esta representado en el Caballero de Bamberg, noble, orgulloso, despierto, una perfecta combinación de lo físico y lo espiritual.
(Caballero de Bamberg, escultura gótica)




Esta cortesía feudal, propia de la época románica, continuó siendo el estilo de vida obligado para la aristocracia gótica.
En el momento en que la nueva clase social de la burguesía nace, el viejo código caballeresco se transforma para ser aceptado en los ambientes más elevados. Los deberes del perfecto caballero, nacidos del sistema feudal asumen nuevos matices dentro de la sociedad del siglo XIV y la sublimación de los instintos y el perfeccionamiento interior se ligan con la satisfacción de los instintos y la búsqueda del placer y la riqueza.
En nombre del “valor” y la “cortesía” nobles y soberanos organizaban fiestas, desfiles y bailes nocturnos. Eduardo III de Inglaterra en 1344 creó una nueva “Mesa Redonda” en Windsor para recrear la legendaria corte del rey Arturo y posteriormente funda la Orden de la Jarretera, una élite político-militar consagrada a la causa del rey. Por otro lado, el rey francés Juan, el Bueno, crea la Orden de la Estrella, que le garantizó la fidelidad de un ejército de más de quinientos hombres.

A diferencia de las antiguas órdenes militares, formadas por hombres mitad guerreros y mitad monjes, en las cuales la religión era un asunto primordial, en estas nuevas órdenes, la religión no forma parte de su concepción, para su ingreso se requeriría acreditar su nobleza y jurar lealtad al rey y su país. Ambas ordenes, la Jarretera y la Estrella se midieron en la Guerra de los 100 años