MANUSCRITOS ILUMINADOS



























Los manuscritos iluminados son textos que se complementan o decoran con dibujos; éstos se desarrollan a partir de la invención del libro, es decir, cuando se abandonan los rollos de papiro y pergaminos y se adopta el formato de los códices elaborados por la unión de hojas. La importancia de estas obras está no sólo en su valor artístico o histórico, sino que gracias a ellos se pudo conservar la cultura clásica, de no haber sido por estos manuscritos, realizados en los monasterios se hubiera perdido la literatura occidental de Grecia y Roma. En la edad media, tanto el escriba como los iluminadores eran monjes que trabajaban en las scriptorias de los monasterios. Generalmente varios artistas compartían la decoración del libro y durante el proceso, el maestro escribano dejaba espacios en blanco para los ilustradores con las instrucciones a seguir.
Los manuscritos más antiguos que se conocen datan de los años 400 a 600 y se produjeron en Irlanda. En el Siglo VII surge la primera escuela importante de ilustradores de manuscritos en Lindisfame (Inglaterra).

MANUSCRITOS ROMÁNICOS

El arte de los manuscritos iluminados se desarrolla a través de toda la edad media, lográndose verdaderas obras de arte. Tenían un carácter religioso y la técnica se reservaba casi exclusivamente para la realización de biblias con las cuales se adornaban los altares de los papas, reyes y grandes monasterios.
Los escritos se adornaban con hermosas pinturas en miniaturas; es así que las letras capitales, los márgenes e incluso páginas enteras eran profusamente decorados con temas muy variados: dibujos geométricos, vegetales, animales y figuras humanas.

Miniatura de la Virgen y el Niño se conserva la iconografía románica en la
representación de la escena.
La Virgen sirve de trono al Niño
y lo ofrece al mundo para
que imparta la bendición














Miniatura de la adoración de los Reyes Igualmente se observa la iconografía cristiana en la representación de la escena. La Virgen sirve de trono al niño y los reyes se acercan en un orden protocolar, de acuerdo a la edad.


MANUSCRITOS GÓTICOS
El arte de los manuscritos iluminados o ilustrados se extendió durante toda la época gótica, en un principio tenían un carácter especialmente sacro y dado lo costoso y elaborado de la técnica se reservaba generalmente para biblias de altar; pero pronto, con la aparición de la rica clase burguesa y de las universidades se empiezan a elaborar fuera de los monasterios y se introducen temas profanos. En este sentido cobra muchísima importancia la ilustración del Libro de Horas o el libro devoto personal de las personas pertenecientes a la aristocracia o burguesía. 

Las Horas eran oraciones que se rezaban cada día, un libro de horas debía contener un calendario, y esto se convirtió en la magnifica oportunidad para demostrar el talento de los miniaturistas. El arte de la iluminación de lo manuscritos alcanzó su máximo auge con las obras de los tres hermanos Limbourg, Paul, Hermann y Hennequin, exponentes del gótico internacional; nacidos en Holanda, trabajaron en Francia bajo el patrocinio del Duque de Berry, hermano del rey Carlos V de Francia, para quien realizaron “Las muy ricas horas del Duque de Berry”. Desgraciadamente los tres hermanos murieron en 1416 a causa de la peste negra, dejando inacabada su obra.

Las muy ricas horas del Duque de Berry” Los hermanos Limbourg. 1413-1416. 29 x 20 cm.- Es el Libro de oraciones ilustrados más conocido del Siglo XV, cada mes se representa con una escena encantadora que muestra las actividades propias de la estación. En agosto vemos a los nobles y damas de la Corte de cacería con sus halcones y perros de caza. Los campesinos, unos en sus labores de labranza y otros jugando en el agua se encuentran en un ambiente bucólico El castillo se alza a lo lejos, en protección de toda la escena. La parte superior es azul y muestra símbolos astrológicos.

A partir del siglo XIV se observa un incremento en la producción de estos manuscritos y mucha gente rica comenzó a construir sus propias bibliotecas; Se cuenta que Felipe II de Borgoña, Duque de Borgoña, probablemente tenía la biblioteca personal más grande de su época, se estima que tenía alrededor de 600 manuscritos ilustrados. Además de los hermanos Limbourg, tenemos a otros destacados miniaturistas como Jean Pucelle y Jacquemart de Hesdin.